La historia del hombre que resolvió uno de los problemas matemáticos más difíciles y rechazó el premio
El genio ruso Grigori Perelman fue conocido por resolver uno de los enigmas matemáticos más difíciles del milenio. Poco después de encontrar la respuesta a la paradoja, se retiró de la vida pública.
Se trató de la conjetura de Poincaré, la cual decía que la esfera es la única forma tridimensional que tiene la propiedad de apretar bucles para cada bucle posible en su superficie. Después de que Perelman la demostrara en 2002, se convirtió en un teorema.
“La conjetura de Poincaré afirma que cualquier espacio tridimensional sin agujeros es esencialmente una esfera. Es una cuestión central en topología, el estudio de las propiedades geométricas de los objetos que no cambian cuando se estiran, tuercen o contraen”, explicó The New York Times.
El 11 de noviembre de 2002, se publicó en el sitio web público arXiv la primera de tres partes de un artículo titulado ‘La fórmula de entropía para el flujo de Ricci y sus aplicaciones geométricas’. El documento completo tenía 39 páginas y fue firmado por Grisha Perelman.
¿Quién era Grigori Perelman?
El hombre, de acuerdo con la BBC, ya era conocido en la comunidad matemática porque haber probado la conjetura del alma en 1994. Un problema que afirmaba que era posible deducir las propiedades de un objeto matemático a partir de pequeñas regiones de este, denominadas alma.
Tras este logro, recibió ofertas para ocupar puestos en algunas de las universidades más prestigiosas del mundo, como Stanford y Princeton, pero optó por un cargo de investigador en el Instituto Steklov de San Petersburgo, que le pagaba menos de cien dólares al mes.
“De su viaje a Estados Unidos se había llevado, según dijo, suficiente dinero para vivir bien. Pero también se llevó una duda planteada por un matemático estadounidense al que admiraba: Richard Hamilton”, anotó el medio británico.
En 1982, Hamilton había escrito sobre el flujo de Ricci, una ecuación que creía podía probar la conjetura de Poincaré. En 1993, Perelman recibió una beca de investigación Miller en la Universidad de California, Berkeley, y asistió a varias charlas del matemático.
En una conversación sobre su trabajo, el ruso le comentó sobre un estudio que le podía servir para solucionar el problema, pero Hamilton no le hizo caso. Dos años después, el matemático estadounidense publicó otro artículo con pocos avances y Perelman le escribió una carta con sus ideas que tampoco contestó.
Trabajó solo y publicó en Internet su artículo sobre el flujo de Ricci. La comunidad matemática se vio interesada por sus descubrimientos y cuatro años después se llegó al consenso de que Perelman había probado la conjetura de Poincaré.
Perelman rechazó el premio por haber resuelto uno de los siete problemas matemáticos del milenio
Esta conjetura hacía parte de la lista de los siete problemas matemáticos del milenio, cuya solución sería recompensada con un millón de dólares por el Instituto Clay de Matemáticas de Massachusetts, Estados Unidos.
En 2010, después de desaparecer por varios años, en conversación con el medio ruso Interfax, Grigory Perelman dijo que rechazó el millonario premio: “Me negué. Sabes, tenía bastantes razones a favor y en contra. Por eso tardé tanto en decidirme”.
“La monetización del logro es el máximo insulto a las matemáticas. Si la prueba es correcta, no necesita otro tipo de reconocimiento”, afirmó.