Paul Auster, el autor universal que estrechó vínculos con la Argentina

“Llegar al auditorio en compañía de Paul Auster fue un problema porque había una multitud a nuestro alrededor que quería tocarlo”, recordaba el J.M. Coetzee su experiencia en Buenos Aires cuando presentó junto a su amigo estadounidense en 2014, en la Feria Internacional del Libro, el volumen que recogía su intercambio epistolar, Aquí y ahora. El Premio Nobel de Literatura sudafricano también lamentaba los fallos técnicos de aquella tarde, inconvenientes que demoraron casi media hora el comienzo del evento: “Sin embargo, nadie se movió de su sitio”. En aquella carpa, aquella fría tarde había más de 3000 mil personas. Paul Auster, el autor universal adorado en la Argentina, estrechó vínculos con el país que lamenta su partida el pasado martes, en su casa de Brooklyn.

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“No hablo español y esa es una desventaja porque no puedo penetrar en esta cultura. La gente ha sido siempre muy generosa y cálida conmigo”, decía Auster en 2018. Posiblemente Auster se equivocaba porque no solo tenía y tiene fieles lectores, sino que muchos artistas confiaron y se inspiraron en su universo creativo para crear sus propias producciones. En agosto de 2007 Tomás Eloy Martínez lanzaba, desde LA NACION, adnCultura y presentaba al mundo el primer número una entrevista con su gran amigo Auster, un vínculo que había nacido cuando el argentino había estado radicado en los Estados Unidos.

Auster también fue protagonista en esta época de una controversia cuando en una entrevista consideró que Jorge Luis Borges era un “autor menor”, a pesar de que algunos años antes había declarado que Borges era uno de sus escritores favoritos y que no imaginaba la literatura del siglo XX sin él. Varios escritores argentinos, como Álvaro Abós, María Esther Vázquez, Ernesto Schoo y María Rosa Lojo, Federico Andahazi dispararon retóricamente contra aquella apreciación.

En 2013 la directora de teatro Gabriela Izcovich estrenaba en Buenos Aires La música del azar, un relato sobe un hombre que recorre los Estados Unidos en su Saab rojo, un viajero sin destino, hasta que un día topa con un joven jugador de naipes. Fue la propia Siri Hustvedt, la esposa de Auster, quien puso en contacto a su marido con la realizadora, quienes mantuvieron una fluida correspondencia antes del estreno.

En 2022, y después de dos décadas de gestación, el director argentino Alejandro Chomski estrenó la versión cinematográfica de El país de las últimas cosas, una distopía que el autor publicó en 1987. Recordaba el director que conoció a Auster en 2002, en plena crisis socioeconómica.

“Con Paul Auster nos encontramos varias veces en Buenos Aires, hablamos de cine, de libros, de la vida misma, de nuestros antepasados. Fue a horas de que se fuera del país –describe- cuando, café de por medio, vimos un grupo de cartoneros con caballos. Parecían un ejército. Nos miramos y dijimos esto es El país de las últimas cosas. De esa mirada, de ese sentir se encendió la idea de hacer la película. En el comienzo de la novela están estos seres, estos buscadores de objetos, que son como los cartoneros”, contaba el realizador a LA NACION poco antes del estreno. Además la realizadora audiovisual argentina Teresa Costantini elaboró un documental homónimo al libro de intercambio epistolar entre Auster y Coetzee, Aquí y ahora.

En 2021, cuando Auster presentaba La llama inmortal de Stephen Crane (Seix Barral) brindó una entrevista a LA NACION. La novela recorría la vida del cronista y autor de la célebre novela La roja insignia de valor. Crane vivió en un momento en el que Estados Unidos y la Argentina luchaban por erigirse como potencias económicas, aunque el resultado fue dispar con el devenir del siglo XX: “En esa época las economías eran parecidas y el potencial de la Argentina era enorme. Creo que la diferencia está en que la Argentina fue fundada por los españoles, que tienen una tradición política determinada, mientras que Estados Unidos fue fundado por los ingleses, con otra tradición. A pesar de sus defectos y del sistema estadounidense que le sucedió, fue posible el crecimiento. Pero el autoritarismo del sistema español, los impulsos no republicanos crearon gobiernos malos y corrupción. El potencial de la Argentina se bloqueó. Nuestro destino estaba determinado incluso antes de que nos consolidásemos como un país”, ensayaba Auster.

Después de su primer viaje a la Argentina en 2002, Auster regresó en 2014 y en 2018, ocasiones en las que se presentó siempre en la Feria Internacional del Libro. En las tres ocasiones se presentó en distintos eventos en el Malba y en su última visita recibió un doctorado honoris causa, como así también Coetzee, en la Universidad Nacional de San Martín. Durante la pandemia, en 2021, el autor junto con Siri Hustvedt brindaron una conversación telemática en la 13ª edición del Filba, un cierre de lujo para este evento.