Miles de huesos y cientos de armas revelan información espeluznante sobre una batalla de hace 3.250 años
(CNN) –– Un nuevo análisis de decenas de puntas de flechas ayudó a los investigadores a reconstruir un retrato más claro de los guerreros que se enfrentaron en el campo de batalla más antiguo conocido de Europa hace 3.250 años.
Las puntas de flecha de bronce y piedra fueron recuperadas en el valle de Tollense, en el noreste de Alemania. Los investigadores descubrieron el lugar por primera vez en 1996, cuando un arqueólogo aficionado descubrió un hueso que sobresalía de una orilla del río Tollense.
Desde entonces, las excavaciones desenterraron 300 hallazgos de metal y 12.500 huesos pertenecientes a unos 150 individuos que cayeron en batalla en el lugar en 1250 a. C. Entre las armas recuperadas se encuentran espadas, palos de madera y una serie de puntas de flecha, incluidas algunas que todavía se encuentran incrustadas en los huesos de los caídos.
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Nunca se descubrió evidencia directa de una batalla anterior de esta escala, por lo que el valle de Tollense se considera el lugar de la batalla más antigua de Europa, según los investigadores que estudian el área desde 2007.
Los estudios de los huesos proporcionaron algunos datos sobre los hombres, todos ellos guerreros jóvenes, fuertes y físicamente aptos, algunos con heridas curadas de escaramuzas anteriores. Pero los detalles sobre quiénes estuvieron involucrados en el violento conflicto y por qué lucharon en una batalla tan sangrienta fueron una incógnita durante mucho tiempo para los investigadores.
No existen relatos escritos que describan la batalla, por lo que a medida que los equipos de arqueólogos desenterraron más hallazgos en el valle, utilizaron los restos y las armas bien conservadas para tratar de reconstruir la historia detrás de la antigua escena de batalla.
Ahora, un equipo de investigadores que estudia las puntas de flecha utilizadas en la batalla descubrió evidencia de que en ella participaron grupos locales, así como un ejército del sur. Estos hallazgos, publicados el domingo en la revista Antiquity, sugieren que el enfrentamiento fue el primer ejemplo de conflicto interregional en Europa y plantean preguntas sobre el estado de la violencia armada organizada hace miles de años.
“Las puntas de flecha son una especie de ‘pistola humeante’”, dijo en un comunicado el autor principal del estudio, Leif Inselmann, investigador de la Escuela Superior de Estudios Antiguos de Berlín, dentro de la Universidad Libre de Berlín. “Al igual que el arma homicida en una novela de misterio, nos dan una pista sobre el culpable, los combatientes de la batalla del valle de Tollense y de dónde vinieron”.
Evidencia de invasión
Los descubrimientos previos de artefactos extranjeros, como un hacha de bronce de Bohemia y una espada del sureste de Europa central, y los análisis de los restos sugirieron que en la batalla del valle de Tollense lucharon forasteros. Pero los investigadores del nuevo estudio tenían curiosidad por ver qué pistas podrían proporcionar las puntas de flecha.
Cuando Inselmann y sus colegas analizaron las puntas de flecha, se dieron cuenta de que no había dos idénticas, algo que no resultaba precisamente sorprendente antes de la época de la producción en masa. Pero los arqueólogos pudieron detectar diferencias clave en las formas y características que indicaban que algunas de las puntas de flecha no se habían fabricado en Mecklemburgo-Pomerania Occidental, un estado del noreste de Alemania donde se encuentra el valle de Tollense.
Inselmann recopiló literatura, datos y ejemplos de más de 4.700 puntas de flecha de la Edad de Bronce de Europa Central y trazó un mapa de dónde provenían para compararlas con las puntas de flecha del valle de Tollense.
Muchas de ellas coincidían con el estilo de las puntas de flecha de otros yacimientos de Mecklemburgo-Pomerania Occidental, lo que sugiere que fueron fabricadas localmente y transportadas por hombres que llamaban a la región su hogar, según el estudio.
Pero otras puntas de flecha con bases rectas o en forma de rombo y espolones laterales y púas coincidían con las de una región del sur que ahora incluye las modernas Baviera y Moravia, dijo Inselmann.
“Esto sugiere que al menos una parte de los combatientes o incluso una facción de batalla completa involucrada en el valle de Tollense provienen de una región muy distante”, escribió Inselmann en un correo electrónico.
Inselmann y sus colegas sospechan que es poco probable que las puntas de flecha fueran importadas de otra región para ser utilizadas por los combatientes locales. De lo contrario, esperarían encontrar evidencia de puntas de flecha dentro de entierros ceremoniales en la región que se practicaban durante la Edad del Bronce.
La chispa de la guerra
Se cree que una calzada que cruzaba el río Tollense, construida unos 500 años antes de la batalla, fue el punto de inicio del conflicto, dijo el coautor del estudio, Thomas Terberger.
Terberger, profesor del departamento de arqueología prehistórica e histórica de la Universidad de Göttingen (Alemania), ha estudiado el sitio, un tramo de 3 kilómetros del río, desde 2007.
“La calzada probablemente formaba parte de una importante ruta comercial”, afirmó. “El control de esta situación de cuello de botella bien podría haber sido una razón importante para el conflicto”.
Sin embargo, el hecho de que los investigadores no hayan encontrado ninguna evidencia clara en el área de fuentes de riqueza, como minas de metales o lugares para extraer sal, hace que la teoría de la ruta comercial sea menos probable, dijo Barry Molloy, profesor asociado en la escuela de arqueología del University College de Dublín. Molloy no participó en el estudio.
“Las causas de la guerra fueron muchas, pero en mi opinión es probable que se tratara de un grupo que buscaba imponer control político sobre otro —algo muy antiguo— para extraer riqueza sistemáticamente a lo largo del tiempo, no simplemente como botín”, comentó Molloy en un correo electrónico.
Se desconocen la magnitud exacta y las causas de la batalla, pero los restos y las armas halladas hasta el momento sugieren que participaron más de 2.000 personas, según el estudio. Además, los investigadores creen que en el valle se conservan más huesos humanos, lo que podría representar cientos de víctimas.
El siglo XIII a. C. fue una época de mayor comercio e intercambio cultural, pero el descubrimiento de puntas de flecha de bronce en toda Alemania sugiere que también fue cuando surgió el conflicto armado.
“Esta nueva información ha cambiado considerablemente la imagen de la Edad del Bronce, que no fue tan pacífica como se creía anteriormente”, afirma Terberger. “En el siglo XIII a. C. se produjeron cambios en los ritos funerarios, los símbolos y la cultura material. Considero que el conflicto es una señal de que este importante proceso de transformación de la sociedad de la Edad del Bronce estuvo acompañado de conflictos violentos. Tollense es probablemente solo la punta del iceberg”.
El nuevo estudio también señala la ubicación de las heridas de flecha encontradas en los restos enterrados en el lugar de la batalla, lo que sugiere que los escudos pueden haber protegido a los guerreros desde el frente, mientras que sus espaldas quedaban expuestas.
La investigación pone de relieve la importancia del tiro con arco en el campo de batalla, que a menudo ha sido subestimado en estudios anteriores sobre la guerra de la Edad del Bronce, afirmó Molloy.
“Se trata de un estudio realmente convincente que utiliza métodos arqueológicos rutinarios con gran eficacia para proporcionar información sobre la naturaleza de este lugar clave de batalla prehistórico, en lo que respecta a los aspectos de las acciones en el campo de batalla y los participantes involucrados”, afirmó. “Los autores presentan argumentos sólidos de que había al menos dos fuerzas en competencia y que pertenecían a sociedades distintas, y que un grupo había viajado cientos de kilómetros. Se trata de una información crucial sobre la logística detrás de los ejércitos involucrados en Tollense”.
La escala del conflicto
La gran escala de las batallas llevó a los investigadores a repensar cómo eran la organización social y la guerra durante la Edad de Bronce.
“¿Los guerreros de la Edad de Bronce estaban (organizados) como una coalición tribal, el séquito o los mercenarios de un líder carismático —una especie de ‘señor de la guerra’— o incluso el ejército de un reino primitivo?”, preguntó Inselmann.
Durante mucho tiempo, los investigadores argumentaron que la violencia de la Edad de Bronce era un asunto de pequeña escala que involucraba a decenas de individuos de comunidades locales, pero Tollense desmiente esa teoría, indicó Molloy.
“Tenemos muchos sitios donde encontramos evidencia de asesinatos en masa e incluso matanzas de comunidades enteras”, dijo Molloy, “pero esta es la primera vez que la demografía de los muertos es la que podemos argumentar razonablemente que eran guerreros y no, por ejemplo, familias enteras migrando”.
Las sociedades de la Edad de Bronce construían asentamientos fortificados y herreros para forjar armas, pero Tollense demuestra que ambas eran más que simples demostraciones de poder, indicó.
“Tollense nos muestra que también fueron creados para propósitos militares muy reales, incluidas batallas a gran escala que involucraban ejércitos en marcha, moviéndose hacia tierras hostiles y librando guerras”, dijo Molloy.
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