Las leyendas poco conocidas del Palacio Barolo: qué esconde el edificio emblema de Avenida de Mayo

A lo largo de la famosa Avenida de Mayo, que conecta la Casa Rosada con el Congreso de la Nación, se encuentra el Palacio Barolo, uno de los edificios emblemáticos de la ciudad de Buenos Aires. Se fundó en 1923 por el arquitecto Mario Palanti, a pedido de Luis Barolo. Su fama no solo se debe a la arquitectura inspirada en la Divina Comedia de Dante Alighieri, sino que entre sus muros se esconden historias fantasmales, de misterios masónicos y relatos de apariciones sobrenaturales. Se dice que cuando las luces se apagan y ya no hay visitantes en el lugar, la construcción cobra vida.

En diálogo con LA NACION, Matías Duarte, uno de los guías de la Fundación Amigos del Palacion Barolo, amplió cada una de las leyendas que se esconden en este edificio icónico, que cuenta con 279 oficinas y 22 pisos de alto. Desde pasos, voces, puertas que se abren y cierran y otras tantas cosas, ocurren cuando el silencio mortuorio se apodera de los pasillos.

Creer o reventar: los fantasmas del Barolo

El ascensor fantasma

Uno de los ascensores, el del lado derecho del edificio, se convirtió en uno de los más temidos, según contó Matías, ya que alberga una manifestación espectral llamativa. “Hace unos años un conserje que trabajó acá, tenía su oficina en la planta número cuatro. Desde ahí vigilaba el palacio y que todo funcione bien. Para vigilar que esto suceda de forma correcta, debía ir al subsuelo. Él hacía esto religiosamente todos los días, a la 1.22 de la madrugada”, relató.

Y agregó: “Pero, por infortunios de la vida, el conserje murió. Su fallecimiento no fue acá, sin embargo, su alma quedó atrapada en este edificio, porque el ascensor que él tomaba sigue haciendo el mismo recorrido a la 1.22 de la madrugada. Independientemente de donde esté, sube al piso cuatro o baja al subsuelo, se queda unos minutos y vuelve a subir”.

Otra historia que comprende a los ascensores tiene como protagonista a la propietaria de una oficina, que trabaja de madrugada y a las 4, cuando se retira del edificio, todos los elevadores ascienden y la esperan para que ella elija con cuál bajar.

Las almas se lamentan en el purgatorio

Desde el piso tres se halla un círculo que enseña los pisos de abajo. Este se ubica en el centro del edificio y el punto exacto decanta sobre la estatua del cóndor que sostiene el cuerpo del Dante [la cual es una réplica, porque la verdadera fue profanada y robada dos veces, ya que se creía que las cenizas del poeta estaban ahí].

Lo cierto es que al recorrer este círculo, no solo se está en el purgatorio -si se sigue acorde a lo que relata el poema-, sino que, además, es la zona donde mayor concentración de energía existe.

Dicho lugar simula la eternidad y el paso del alma de un plano terrenal hacia un plano espiritual, lo que sería el cielo en el cristianismo. Diferentes conserjes manifestaron ver presencias que merodean ese pasillo, al igual que espectros que se asoman en el balcón del segundo piso mientras observan el centro del Barolo.

Desde ruidos, hasta pasos y voces, se manifiestan una vez que la mayoría de las luces se apagan y los visitantes dejan de transitar sus puntos de valor turístico. Ahí, entre la soledad, cobran preponderancia las almas en pena. Y sí, muchas de ellas se lamentan, ¿quién sabe por qué?

La chica solitaria del piso 14

Si bien en casi todos los sectores del palacio existen manifestaciones paranormales, Matías contó uno de los hechos que erizó por completo a dos visitantes que asistieron al bar del piso 14. Según reveló el guía, una noche, a pocos minutos de cerrar, tres amigas descendieron del ascensor hasta la planta baja.

Al abrirse las puertas, el conserje [que las seguía por las cámaras de seguridad] notó que solo había dos de ellas. Por ende, creyó que la tercera se había quedado de incógnita en uno de los pisos. Esto de inmediato sorprendió a las jóvenes, quienes afirmaron que solo eran ellas dos y nadie más.

El relato de las chicas llamó la atención del conserje, que dudó de esto al notar que en las cámaras la tercera persona parecía totalmente real e incluso, las acompañaba con sus charlas y gestos. “Diego, subió para corroborar que la chica no estuviera en los pasillos. Y no, no había nadie”, agregó el guía.

El faro y la leyenda del conserje desaparecido

En la década del 2010 sucedió un hecho que pertenece a una leyenda, aunque pocos creen que sea así. La misma tiene a un conserje, quien una tarde subió al faro, que en la Divina Comedia representa la luz, el punto más cercano a Dios. Lo cierto es que él debía reparar el artefacto que se enciende todas las noches de 22.00 a 22.15. Sin embargo, nunca más se lo volvió a ver.

El hombre subió justo cuando la constelación de la Cruz del Sur se posó sobre la cúpula del Congreso y sobre la cúpula del Barolo, idea que fue adrede por el arquitecto Palanti desde un principio por su simbología masónica.

Faro del Palacio Barolo

Esa casualidad sucede entre el 8 y el 10 de junio y se cree que puede abrir un portal energético, por lo que el día en que el conserje se instaló para arreglar el faro, su cuerpo físico desapareció y solo quedó su ropa. Eso es lo que murmuran las malas lenguas del lugar.

Visitar el Barolo

Para conocer este edificio único, sus experiencias e historias fantasmales que los guías aluden en sus 7 paseos diarios, podés acercarte a Avenida de Mayo 1370 de lunes a domingo (a excepción de los martes) en los horarios de 10 a 18.

El Palacio Barolo desde el aire

En septiembre y octubre se desarrollarán diferentes talleres abiertos a la comunidad por parte de la Fundación Amigos del Palacio Barolo, con el fin de seguir recaudando fondos para mantener el lugar. En esos meses se ofrecerán seminarios de arquitectura y talleres de arte. Para conocer más al respecto, podés escribir a: institucional@fapb.com.ar y para visitar el sitio, ingresá a @palaciobarolotours en Instagram.