Entre las especies más peligrosas que pueden encontrarse en jardines y áreas naturales se encuentra la Heracleum cicuta, conocida también como la “planta de la cicuta”. Esta tiene flores blancas que se agrupan en forma de paraguas y es sumamente tóxica, al punto de que puede cambiar el ADN de las personas afectadas.

Los peligros de la planta de la cicuta

La Heracleum cicuta es una planta invasora que puede alcanzar hasta 6 metros y se distingue por sus flores blancas agrupadas en forma de paraguas. Su atractivo visual y su tamaño la convierten en una presencia destacada en jardines, parques y caminos.

Sin embargo, su belleza va de la mano con un peligro considerable. La savia de esta planta contiene compuestos químicos que tienen la capacidad de interactuar con el ADN de las células de la piel. Esta interacción no solo causa una serie de reacciones adversas inmediatas, sino que también puede tener efectos a largo plazo.

Entre los síntomas instantáneos se encuentran el enrojecimiento, picazón intensa y la formación de ampollas dolorosas. La exposición prolongada o repetida a la savia puede resultar en daños más graves, como quemaduras de segundo grado y cicatrices permanentes. Además, las áreas afectadas pueden permanecer hipersensibles al sol durante años, lo que puede complicar la vida diaria de quienes sufren estas quemaduras.

Otro de los efectos más preocupantes de la exposición con ella es el potencial daño ocular. Si la savia entra en contacto con los ojos, puede causar pérdida temporal de la visión e incluso ceguera permanente.

Una amenaza ambiental

La planta no solo es un problema de salud, sino también una amenaza ambiental. La Heracleum cicuta es extremadamente invasiva, con una sola planta capaz de producir hasta 100.000 semillas. Estas semillas pueden dispersarse fácilmente y colonizar nuevas áreas, lo que dificulta su erradicación.

Los gobiernos locales están trabajando arduamente para controlar y eliminar la planta, pero su propagación sigue siendo un desafío considerable.

Tal como señaló iHeart, desde el Departamento de Conservación Ambiental del Estado de Nueva York publicaron una serie de recomendaciones para ayudar a identificar la planta, la cual suele tener un tallo alto y robusto, cubierto de manchas moradas y pelos blancos gruesos.

En caso de tener contacto con la planta, es crucial tomar medidas rápidas y adecuadas. Se recomienda lavar inmediatamente el área afectada con agua y jabón para eliminar cualquier residuo que haya quedado de savia. Para evitar la exposición continua al sol, es aconsejable mantenerse alejado de la luz solar durante al menos 48 horas.

En caso de irritación persistente, se debe aplicar crema con hidrocortisona y consultar a un médico en caso de que los síntomas no mejoren. Si la savia entra en contacto con los ojos, es fundamental enjuagarlos con abundante agua durante al menos 15 minutos y protegerlos con anteojos de sol en los días siguientes.