Independiente y Belgrano encontraron en los arqueros del otro la coartada perfecta para explicar por qué no ganaron
Fue 1 a 1 en Córdoba. Belgrano e Independiente igualaron en defectos, muchos; en sus contadas virtudes; y en contar con dos arqueros que se lucieron en los momentos en los que el partido se sacudió el tedio. La estadística es una materia imperfecta y engañosa. Llega a conclusiones que suenan exactas aunque a veces oculten la realidad -si una persona comió un pollo entero y otra ni lo probó, dirá que la ingesta del ave fue de 0,5 per cápita-, pero por lo general sirven para marcar tendencias.
Independiente llegó al estadio del barrio Alberdi con el registro de 6 encuentros sin recibir goles, y al mismo tiempo, con la cuarta peor marca anotadora del certamen. Belgrano le dio la bienvenida luego de 7 partidos sin ganar y 4 sin sacudir las redes rivales. Los antecedentes permitían prever una noche de modorra para los arqueros, y en buena medida para el público, y el primer tiempo cumplió largamente con la promesa. Hasta que la primera acción de la segunda mitad torció el destino del juego y colocó a Rodrigo Rey y Juan Espínola en la posición de protagonistas principales.
Avanzó el Rojo por izquierda mientras el segundero inauguraba su marcha al regreso de los vestuarios con sucesivos toques entre Adrián Sporle, Lautaro Millán y Federico Mancuello, que acababa de incorporarse, Perdería la pelota, pero un anticipo de David Martínez habilitó una segunda oleada, Mancuello lanzó el centro, hubo un rebote y Santiago Montiel, entrando por derecha, puso de zurda el 1 a 0.
El gol desanudó el embrollo insufrible que habían sido los 45 iniciales. De pronto, unos y otros se olvidaron de chocar y trabar como prioridad casi obsesiva para descubrir un afán ofensivo hasta ese momento ausente. Una tijera de Uvita Fernández se fue apenas ancha a los 6 minutos; el paraguayo Espínola le puso el pecho a un incómodo mano a mano que dispuso su compatriota Gabriel Ávalos y a una volea de derecha de Diego Tarzia, a los 7 y a los 8; y Franco Jara desvió un cabezazo limpio a los 15.
El súbito cambio de sintonía puso vibración, aunque cabe aclarar que no mejoró demasiado la pauta general del juego. Continuó la línea que venía llevando el Rojo antes de la fecha FIFA, compatibilizando la generosidad en el esfuerzo con la falta de ingenio para transformar sus (escasos) lapsos de dominio. En desventaja, aumentó su intensidad Belgrano y con eso le alcanzó para desordenar a los de Avellaneda. Ganó manejo en mitad de cancha y presencia en el área de enfrente con los ingresos de Lucas Menossi y Franco Jara, pero tampoco encontró una fórmula de ataque que le diera solidez en la búsqueda de esa victoria que tanto necesita su técnico Juan Cruz Real para apagar las críticas que lo acorralan.
El Celeste cordobés había conseguido la igualdad a los 25 en una carrera de Gabriel Compagnucci hasta el fondo por la derecha, una peinada de Nicolás Fernández y el oportunismo de Jara para desviarla rumbo al arco. Pero con el 1 a 1, el partido volvió a caer durante un rato en la intrascendencia. Menos cortado que en el arranque, pero igual de impreciso. Hasta que en la recta final retornaría la emoción para mayor gloria de los dos guardametas.
Rey, que ya le había ahogado un mano a mano al peruano Bryan Reyna al cuarto de hora de juego volvió a triunfar en una jugada similar, esta vez contra Jara, para después detener un cabezazo abajo de Gerónimo Heredia. Del otro lado, Espínola primero supo aprovechar la torpeza de Alexis Canelo en el control de un pase medido de Álex Luna para taparle el remate, y más tarde achicó con pericia un zurdazo apurado de Sporle. Ninguno, en definitiva, pudo romper un empate que le cayó impecable a lo visto.
La estadística, esa materia imperfecta y engañosa, dirá que Belgrano quebró su racha sin gritos de gol pero alargó la sequía ganadora, y que Independiente prolongó la suya sin perder, aunque haya visto quebrada la del arco invicto. La realidad dice otra cosa: que una semana más, ninguno de los dos supo salir de la medianía de juego en la que están instalados.