Incendios en Córdoba: El drama de un padre y un hijo dueños de un campo de 3000 hectáreas arrasado por el fuego
SAN ESTEBAN, Córdoba.— “El fuego pasó por encima del pueblo entero”, afirma Alexis Ochoa, segundo jefe de bomberos voluntarios de Capilla del Monte.
Habla de San Esteban, un municipio a 100 kilómetros de la capital de esta provincia, en el departamento de Punilla. Es uno de los cuatro focos donde el fuego sigue activo. Córdoba arde desde hace seis jornadas consecutivas.
Néstor Grandoli recorre su campo. La imagen es desoladora. Hay un sinfín de árboles quemados. Vacas muertas que no lograron escapar. “Debemos andar rondando las 20.000 hectáreas quemadas”, calcula Grandoli, solo sobre este incendio en el departamento de Punilla. “El nuestro fue el tercer foco que no se pudo controlar. El fuego arrancó el jueves a la madrugada. Fue imprudente o a propósito, pero alguien lo prendió”, afirma.
Video Los daños que causó el incendio en Cordoba
De Corral de Piedras, el campo que compró su padre en 1972, no quedó ni el cartel. Calculan que se quemó el 98% de las 3000 hectáreas. “Pero a nivel productivo es el 100%”, dice.
“Solo sacamos 62 vacas y las otras quedaron a la suerte de Dios”, cuenta su hijo Benjamín, que lo acompaña. “Ayer encontramos otras tres vacas quemadas en las sierras. Creo que quedan dos perdidas, ahora nos dijeron que están cerca. Las va a ir a buscar mi papá”, cuenta, mientras camina por el terreno devastado por el fuego.
Reconstruir el perímetro
El primer paso ahora será empezar a reconstruir el perímetro. “A nivel alambre la pérdida es total –afirma–. Se nos van a ir los animales al diablo y a la vez pueden causar accidentes. Además, no hay alimento si no les quedó nada, por lo que se pueden ir al pueblo”, apunta.
Calcula que solo el frente del campo son unos 24 kilómetros. ”Los 500 metros de un rollo de alambre son $75.000 y hay que poner cuatro hebras. Eso es solo acá abajo, después falta arriba todas las sierras. Tarjetear y tarjetear y años de estar pagando”.
Él no estaba cuando empezó el fuego. Es docente y estaba en un Congreso en Capilla del Monte. Cuando llegó la policía ya no lo dejaban pasar.
“Es la primera vez que el incendio es de esta magnitud”, cuenta. El frente del campo se suele quemar siempre por un basural que está cerca, pero es la primera vez que el incendio avanza y quema también los árboles del parque. El viernes lo habían logrado controlar. Pero el sábado volvió a prenderse. “La posibilidad de la mano humana siempre está”, dice Sebastián. Ayer lograron volver a controlarlo.
“El problema acá es cuando el fuego penetra la tierra, agarra las raíces y ahí no prende más nada. No colabora tampoco la sequía. Acá hace meses que no llueve, desde el verano”, apunta como otro factor.
El pronóstico tampoco es bueno. Recién en octubre hay 60% de probabilidades. Dicen que las lluvias abundantes recién llegarán en febrero. “Es intentar apagar el infierno con un escupitajo”, describe.