Cuáles son los beneficios “inesperados” de cenar solos, según la psicología
Cada vez más personas se sienten cómodas cenando solas, algo curioso que transformó la percepción tradicional que se tenía sobre esta práctica. Lo que antes se consideraba un signo de profunda soledad, hoy se valora por sus beneficios para la salud mental y física al no tener personas que pueden distraer durante la comida.
1. Fomenta la alimentación consciente
Uno de los principales beneficios de comer solo es la oportunidad de llevar a cabo una alimentación consciente. Según marcó HuffPost, la doctora Supatra Tovar, psicóloga clínica y dietista registrada, explicó que, al estar en soledad, crece la posibilidad de concentrarse plenamente en los sabores, texturas y aromas de la comida.
Sin la presencia de distracciones externas, como conversaciones animadas, se puede apreciar cada bocado y escuchar las señales de hambre y saciedad del cuerpo. Este enfoque no solo mejora la relación con la comida, sino que también fomenta hábitos alimenticios más saludables a largo plazo.
2. Incentiva la independencia
Cenar solo permite tomar decisiones sin tener que considerar las preferencias de otras personas. Esto resulta especialmente liberador para quienes tienen necesidades dietéticas específicas, como vegetarianos, veganos o personas con alergias alimentarias.
La capacidad de elegir el menú y el lugar a voluntad puede ser una experiencia positiva, ya que cada individuo puede disfrutar de lo que realmente desea sin presión social.
3. Aumento de la confianza
La experiencia de comer solo también puede impactar positivamente en la autoestima. La psicóloga clínica Cortney Warren aseguró que enfrentarse al desafío de cenar sin compañía puede resultar muy positivo.
Al superar la ansiedad asociada con este acto, se demuestra a uno mismo que se es capaz de disfrutar de su propia compañía. Esto fortalece la autoconfianza, y al mismo tiempo crea un sentido de independencia emocional.
El incremento de los comensales solitarios
Un estudio reciente de OpenTable reveló que el 60% de los encuestados cenó solo en un restaurante formal en el último año, cifra que asciende incluso al 68% entre los jóvenes. Este cambio refleja una creciente aceptación de la independencia en las experiencias gastronómicas. Cenar solo ya no es visto con desprecio, sino como una opción válida y enriquecedora.
Los restaurantes también están viendo el potencial económico en este cambio. Según Robin Chiang, de OpenTable, los comensales solitarios gastan un 48% más por persona que aquellos que comen en compañía. Esta tendencia representa una oportunidad valiosa para los negocios, quienes están adaptando sus ofertas para atraer a este nuevo tipo de cliente.
Históricamente, comer solo ha sido asociado con la falta de conexiones sociales. Tovar subrayó que este estigma se desvaneció, especialmente en el contexto de la pandemia, que forzó a muchos a explorar la soledad de manera diferente.