Cuál es el alimento que los especialistas en oncología recomiendan no comer nunca

La relación entre la alimentación y el cáncer fue objeto de múltiples investigaciones a lo largo de los años. Si bien factores genéticos y ambientales tienen un papel importante en el desarrollo de la enfermedad, diversos estudios apuntan a que la dieta también juega un rol crucial en la prevención del cáncer. De hecho, algunos expertos, como la nutricionista Nichole Andrews, sostienen que hasta el 50% de los casos de cáncer podrían evitarse mediante modificaciones en el estilo de vida, particularmente a través de la alimentación saludable, el ejercicio regular y la gestión del peso.

Una de las mayores preocupaciones radica en los alimentos procesados y los aditivos artificiales que, aunque son comunes en la industria alimentaria, cada vez son más señalados por su potencial daño a la salud. Tanto es así que la Unión Europea dio un plazo de cinco años para que las empresas eliminen los aditivos artificiales de sus productos, tras estudios que señalan sus posibles efectos cancerígenos.

Aunque el azúcar no está oficialmente clasificada como carcinógeno, su exceso en la dieta puede desencadenar problemas graves, como la obesidad, un conocido factor de riesgo para varios tipos de cáncer, entre ellos los de mama, colon y endometrio. El consumo elevado de azúcares contribuye a la inflamación crónica y afecta los procesos metabólicos, lo que indirectamente incrementa las probabilidades de desarrollar cáncer. De acuerdo con lo que Andrews explicó en la revista Parade, el control del peso a través de la dieta es uno de los elementos más importantes para prevenir la enfermedad.

La especialista aseguró que, entre los alimentos que evita, las carnes procesadas, como el bacon, las salchichas y el jamón, no forman parte de ninguna dieta que recomendaría.

Cuáles son los alimentos que ayudan a combatir el cáncer

El Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer (WCRF) subraya que una alimentación basada en alimentos naturales y ricos en nutrientes, junto con un estilo de vida saludable, puede reducir el riesgo de cáncer. Patrones alimentarios centrados en el consumo de frutas, verduras, granos enteros y proteínas magras fueron promovidos por nutricionistas durante años como esenciales para la prevención, generando gran éxito.

Entre los alimentos recomendados destacan las verduras crucíferas, como el brócoli y las coles de bruselas, conocidas por sus compuestos antitumorales. También, las bayas, como los arándanos, son especialmente beneficiosas debido a su alto contenido de antioxidantes, que protegen el ADN del daño celular.

Además de las frutas y verduras, los pescados grasos, como el salmón, son ricos en ácidos grasos omega-3, que tienen propiedades antiinflamatorias y son cruciales para reducir la inflamación sistémica, un proceso que está relacionado con el desarrollo de varios tipos de cáncer. Estos ácidos grasos no solo son beneficiosos para la salud cardiovascular, sino que también tienen efectos positivos sobre el riesgo de cáncer.

La importancia de una dieta equilibrada en la prevención del cáncer

Aunque la búsqueda de un “superalimento” que prevenga el cáncer puede resultar tentadora, Andrews recalca que no existe un solo alimento capaz de ofrecer una protección total contra esta enfermedad. Lo verdaderamente importante es el patrón alimentario general, es decir, llevar una dieta equilibrada y rica en nutrientes combinada con un estilo de vida saludable. Esto incluye ejercicio regular, el control del peso y la reducción de alimentos procesados.

Adoptar una dieta saludable no solo beneficia nuestro bienestar general, sino que también puede reducir significativamente el riesgo de desarrollar cáncer. La clave está en mantener un enfoque equilibrado y sostenible que favorezca la salud a largo plazo. Como señala Andrews, “ningún alimento por sí solo previene el cáncer; lo que realmente importa es el conjunto de hábitos que adoptamos a diario”.