Cambio fundamental: en un mes la renta del negocio trigo/soja pasó de negativa a positiva
Luego de que en marzo y abril los números del trigo no cerraran en campos alquilados y resultaran muy ajustados en tierras propias, aparece una luz al fondo del túnel. “Los precios del cereal aumentaron alrededor de 25US$/t comparando fines de 2023 con fines de abril de 2024 y eso se combinó con una reducción de aproximadamente 100 dólares por tonelada en los precios de la urea y del fosfato en el último mes y de 2 dólares por litro de glifosato”, enumera Jeremías Battistoni, analista de mercados de AZ-Group.
En el cuadro se presentan los costos, ingresos y márgenes brutos (campo propio) y netos (campo alquilado) de la secuencia trigo/ soja en el oeste de Buenos Aires, en enero versus fines de abril de 2024. El modelo incorpora la tecnología y los rindes corrientes de la zona y los precios que ofrece actualmente el Matba Rofex para la época de cosecha.
En la primera situación, el doble cultivo arrojaba una pérdida de 272 dólares por hectárea en campo arrendado y una utilidad de 36 dólares por hectárea en tierras propias. En los cálculos de abril se alcanza un margen neto de 122 dólares por hectárea en campo arrendado y de 319 en campo propio. La rentabilidad del negocio pasa de 32% negativa a 20% positiva.
Más precio, menos costos
“El pasaje de margen neto negativo a levemente positivo en estos días es consecuencia de una combinación de factores”, indica Battistoni. “Por un lado, hubo una mejora de 25 dólares por tonelada en los precios internos del cereal desde principios de año hasta fines de abril, que refleja lo que está pasando en el mercado internacional”, apunta. En éste, los fundamentos se tornaron más alentadores en las últimas semanas a partir de las primeras estimaciones de producción de la campaña 2024/25. En ellas, los privados anuncian recortes de stocks y de la relación stock/consumo en los principales ocho países exportadores. Además, actualmente Europa sufre altas temperaturas que afectan la evolución de los cultivos.
Como consecuencia de ambos factores, el mercado de Chicago repuntó y ese efecto se trasladó a la plaza local, en la que los operadores agregaron algún punto adicional para estimular la alicaída intención de siembra que se observaba un mes atrás. Las cotizaciones también se vieron fogoneadas por el alejamiento gradual de la época de cosecha 2023/24.
Por el lado de los costos, hubo una significativa reducción del precio de la urea: cayó a 500 dólares por tonelada versus los 600 dólares por tonelada de hace un mes. El glifosato también redujo su precio a 5 dólares por litro versus 7 dólares de un mes atrás. “Los fertilizantes fosfatados también se pusieron a tiro, ya que perdieron 100 dólares por tonelada en las últimas semanas”, afirma Battistoni. Esta combinación de descuentos mejora significativamente la ecuación de costos del cultivo.
En función de la caída del valor de los insumos, se tornaron positivas algunas relaciones insumo/producto que se encontraban en terreno negativo (ver cuadros).
En abril se necesita 33% menos de trigo que el promedio de os últimos tres años para comprar una tonelada de urea y 34% menos del cereal para adquirir 100 litros de glifosato.
Por último, las recurrentes lluvias de abril, que complicaron la cosecha de soja, tuvieron el efecto contrario para la acumulación de humedad de cara a la siembra de granos finos. “Las precipitaciones de los últimos 15 días levantaron el precio de la soja y aseguraron buenas condiciones agronómicas para la implantación de los trigos”, observa Battistoni.
En síntesis: de una situación muy preocupante en términos de resultado económico del trigo 2024/25, que se observaba durante marzo y la primera quincena de abril, se pasó a un panorama un poco más alentador, por el cual la combinación trigo/soja podría generar resultados levemente mejores a los de principios del otoño, siempre y cuando se aseguren, de forma efectiva, los precios de venta del cereal y las cotizaciones de compra de los insumos.